La emoción de la primera victoria en el Campeonato Argentino de Rally aún le dura. “Desde que volví de Catamarca hubo un sinfín de salutaciones. Las recibí en la calle, en el negocio de la familia, en las redes sociales o por mensajes de texto. La verdad que se siente increíble”, contó Pablo Morán, el piloto concepcionense de 25 años que triunfó el fin de semana en la fecha 4 de la Clase 9, con un Ford Ka de elaboración propia.
Morán, pese a su edad, es un experimentado piloto que, más allá de sus condiciones, nunca pudo lograr el apoyo necesario para tener continuidad en la disciplina. “Es mi gran problema. Casi todo lo que hice, lo que intenté, fue por aportes familiares. De todos modos no puedo ser desagradecido con quienes me dieron y me dan una mano. Ojalá se sumen otros. Ojalá este triunfo me permita dar un paso adelante en aquello de reunir un presupuesto acorde. Y ojalá que la próxima carrera se haga en Tucumán, para tener la posibilidad de mostrarme cerca de quienes me ayudan. Igual, si se llegara a correr en otro lado, voy a hacer hasta lo imposible por asistir. Me siento con un envión anímico impresionante y no quiero perderlo”, analizó.
La familia Morán tiene su origen en El Molino. El papá, Fabián, es propietario de una fábrica de procesamiento de tomates y conservas en Alpachiri. Y en ella trabaja Pablo. La mamá, Fabiana, acompaña de manera incondicional y sus hermanos Mauricio (23 años); Nahuel (21) y Matías (13) le hacen el aguante al piloto que llevó al apellido a la consideración nacional.
“Lo que logré puso muy contenta a mi familia. Todavía no festejamos, pero seguro que en estos días hacemos un asado. Hay muchos amigos que me dan una mano enorme para poder armar el auto. Entre ellos destaco a Diego Carrizo, a ‘Maxi’ Karamatich, al ‘Gringo’ Mansilla, que arma el motor. Y aparte de mi ‘viejo’, en esta locura de las carreras se prenden también mis tíos. En suma, este es un equipo muy unido, que trabaja duro y lo hace a pulmón. El esfuerzo que se realiza para poner el auto en competencia siempre es muy grande”, admitió.
Pablo contó que desde 2007 que viene corriendo en el Argentino. Y que salvo en 2010, siempre hizo pocas carreras cada año. En 2009 fue protagonista del certamen, pero no logró ganar. “Mucha gente me pregunta por qué sigo adelante con esta pasión, si los problemas a veces me superan. Yo contesto que es porque me gusta. Pienso que eso me permitió llegar a este presente. Ganar no se da todos los días, más aún por el estilo de manejo que yo tengo: jamás salgo a dar la vuelta. Voy por el triunfo, no me quedó esperando por él. Me irá mal o bien con esta postura, pero esa es mi filosofía” dijo orgulloso el concepcionense.
Sobre lo sucedido en Catamarca, Pablo consideró que en la previa sus candidatos eran el santiagueño Pablo Pélaez y el rionegrino César Montecino. “Quería estar cerca de los tiempos de ellos; ir rápido de entrada y cuidar en las zonas complicadas. No me fue mal: en la etapa del sábado gané ocho de los nueve tramos, pero no pude despegarme de Montecino. Pero el domingo él se accidentó y me dejó el camino libre. Pero, nobleza obliga, tengo que destacar un gran gesto de Raúl Racca. Al romper un palier ingresando a la asistencia del domingo, me dí con que no tenía repuesto. Él me lo prestó para que solucione el problema. Y él estaba segundo: no sólo podía quedar como vencedor sino además sumar más puntos para el torneo”.
Con sus sueños de seguir creciendo en el Argentino, Morán no olvida las vivencias luego de volver de Catamarca. “El lunes fuimos a trabajar con mi papá y llegó el diarero que habitualmente nos lleva LA GACETA. Venía chocho con la tapa del suplemento. Nos felicitó y nos regaló un ejemplar. ‘Lo que hizo ‘Pablito’ fue un orgullo para mí’, dijo. Y yo no entraba en mí de la emoción. Esa tapa seguro se convertirá en un cuadro.”